martes, 21 de agosto de 2012

Nuestras queridas idas de olla - Inolvidables



Según dicen los Psicólogos, la perdurabilidad de las cosas que aprendemos es directamente proporcional a la intensidad de las emociones sentidas en el momento de aprenderlas. Por poner un ejemplo exagerado, si durante la lectura de esta entrada sonara tu tfno para anunciarte que has ganado un premio, seguramente no  olvidarías nunca lo leído.

Tengo otro ejemplo perfecto, que siempre comento con los compañeros de trabajo con los que viví la experiencia. Fue la tarde del once de Mayo de 2011, cuando ocurrió el primero de los terremotos de Lorca. Me encontraba en sesión de evaluación junto con otros compañeros profesores en el centro educativo en que trabajamos y nos tocaba evaluar al alumno  de Navarro R. No reproduzco aqui sus apellidos pero os puedo asegurar que a ninguno de los que estábamos se nos han olvidado. Es curioso como hemos asociado al susodicho chaval con el mayor susto de nuestras vidas.

Bueno, pues, ese es mi ejemplo más espectacular, pero tengo otros muchos, no tan impresionantes, pero que también corresponden a cosas que están bastante bien grabadas en mi memoria. La mayoría de ellas se deben al placer intelectual sentido al entender algo, para mi esa ha sido la emoción que más frecuentemente ha forjado recuerdos en mi memoria. Por ejemplo, recuerdo que me encantó entender como un barco de vela puede navegar en contra del viento.

Bien, pues a ver si eres capaz de decirnos a todos algún recuerdo que tienes bien grabado en tu memoria y que está asociado a una emoción. ¿Podrías además decir si hay una emoción o sentimiento que te ha hecho recordar muchas cosas?

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